Una noche caminando
despacio,
volvía a casa cantando.
¿Por qué cantas esa canción?
Me dijo un gato en el callejón.
Porque en la noche oscura,
sólo tú me escuchas.
¿Acaso no maúllas tú a la
luna,
con un sonido desgarrador
en la soledad del callejón?
No es soledad la melodía de
mi garganta,
es la alegría que me invade
es el gozo al descubrir su compañía.
Y dime tú, dulce niña,
si no es melancolía,
lo que acompaña a tu melodía.
Grande es también tu confusión,
pues mi melodía esta llena
de alegría
y gratitud por la vida.
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